Pronto será 10 de mayo, día en que en México celebramos a las mamás, a las cultivadoras de nuestra vida. Son esas mujeres que nos han cuidado desde que nacimos y nos acompañan mientras crecemos, lo hacen muy parecido a una profesional de la jardinería para asegurarse de que las plantas crezcan fuertes y puedan florear.

Todos los días nos alimentan, tal vez con verduras que no nos gustan mucho, pero lo que quieren es que tengamos todo lo necesario para poder crecer. No sólo alimentan nuestro cuerpo; con abrazos, besos y demostraciones de amor hacen crecer nuestro espíritu. También un regaño cuando lo merecemos hace que nuestras ramas, nuestras ideas, no crezcan chuecas o se vayan por un lado erróneo. Con su ejemplo nos ayudan a ir diferenciando lo que es bueno de lo malo. Abonan nuestro ser cuando nos explican las cosas complicadas de la vida y hacen que vayamos creando troncos firmes a los que llamaremos valores, como el respeto, empatía, solidaridad o confianza.

Ellas también tuvieron una jardinera a su lado que es nuestra abuela y tienen un compañero en este trabajo que es nuestro papá, pero este 10 de mayo llenemos de flores y abrazos a las cultivadoras de nuestra vida.